Aunque tengo un sextante
que narra las olas
y apunta hacia el cielo
de la poesía.
Tú eres el único viento
que llena mis velas
de plumas.
No hay otro barco
que pueda alcanzar
a mis rojos halcones
si a otras realidades
deslizas mí antiguo navío.
Y juntos, el mar y la piel,
alzan vuelo.
Mauricio Escribano
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