Solo bajo tierra
este amor sigue intacto
como el cuerpo de un santo.
Oculto en una tumba
de prohibida transparencia
sin otro lugar donde
encontrarnos.
Un mismo amor alojado
en las arterias de la noche
celebra su plutónica victoria.
Así en tu boca pálida
beso la ranura del silencio
mientras mis manos
desnudan el sepulcro.
Mauricio Escribano
Imagen Laura Makabresku
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