Una momia es mi amante. En todo
encantamiento donde una pirámide
oculte una barca que vuela.
Dime entonces. Si arribaron las flores
que dejé en la tumba. Y al fin sigue
diciendo. Allí donde sea que tu alma
y la lluvia.
Di mi nombre otra vez y el conjuro
que despierta el amor debajo de la tierra.
Mauricio Escribano
Imagen Laura Makabresku
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