Hay secuencias
donde la luz camina
llevándote de la cintura.
Luego gira la rueda
la oscuridad abre un sótano
y tus muslos transpiran
como duraznos luminosos.
Al fondo hay una estrella
acariciando el filo de sus labios.
Un anillo en el estuche del insomnio.
Finalmente la lengua del fuego
hará sus malabares de rutina
y no volverá a atrás
sin haberte besado.
Mauricio Escribano
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Exquisitamente sensual...
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