La casa está crujiendo.
Ya no puedo esconder
el fuego en el armario.
Después de tanto arder
vos no llegaste
y es hora de correr
dando alaridos.
Sé que vamos a ser tristes
aunque hagamos
pie en el viento.
Con esta cara de amor
bajo la axila.
Mauricio Escribano
Imagen Antonio Palmerini
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