todas las conversaciones han cesado.
El silencio no nos dará paz
ni la queremos.
No queremos otra cosa
que enjuagarnos la sangre de las manos.
Para seguir sin hablarnos pulcramente
hasta que uno de los dos se muera
de alguna soledad incurable.
Mauricio Escribano
Imagen Francesca Woodman
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A veces es el único posible final
ResponderEliminarCuando el alma se desgarra entre el silencio y la palabra