el verano ya era inmóvil
toxicómano
con su rostro de alcanfor
aspiraba flores rojas
tras un silencio de cigarras
la calle nacía de mí
quién sabe hacia dónde
y una nube daba pasos
de agua baja
sólo la voz dulce de un ángel
acampaba en la hierba
o eran novios diciéndose membrillos
en los labios
esa noche fui ofuscado
por mosquitos muy llorones
y así me dormí en el aire
yendo a ser pájaro
Mauricio Escribano
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