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“Si uno pudiera ser un piel roja, siempre alerta,
y sobre un caballo que cabalgara veloz, a través del viento,
constantemente estremecido sobre la tierra temblorosa,
hasta quedar sin espuelas, porque no hacen falta espuelas,
hasta perder las riendas, porque no hacen falta riendas,
y que en cuanto viera ante sí el campo como una pradera rasa,
hubieran desaparecido las crines y la cabeza del caballo”.
Franz Kafka
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Si quieres volar déjate caer
porque no hay nada de que agarrarse
absolutamente nada de que agarrarse
y eso, la nada, es la libertad.
Mauricio Escribano
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