Aquí la noche
con su lenta alevosía
agigantada en los bolsillos
donde guardo un gramo
de latidos y relojes.
Nunca diré nada.
Enguantado de cenizas
ya transcribo las legumbres
del silencio. Sólo queda
otra lenta mordedura
y un susurro nigromante.
Mauricio Escribano
Imagenes Lauren Simonutti
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